"Timoteo, hijo mío, te doy este encargo porque tengo en cuenta las profecías que antes se hicieron acerca de ti. Deseo que, apoyado en ellas, pelees la buena batalla" (1 Timoteo 1:18 NVI) Gracias a las profecías de el Señor, tenemos esperanza de saber que vamos a estar bien. Cuando leemos la palabra y aplicamos sus principios, activamos sus planes y los deseos que Dios tiene en su corazón para todos nosotros. Cuando declaramos sus profecías, activamos nuestra fé y al mismo tiempo confianza en Él.